Una estrella Michelin a un restaurante por error?
Le Bouche à Oreille es un restaurante modesto. Situado en la pequeña localidad francesa de Bourges y con apenas una veintena de mesas, su clientela principal está compuesta por trabajadores locales, que acuden a diario a degustar el menú que se sirve en el local por 12,5 euros y que prepara Pénélope Salmon, la única trabajadora, contratada a tiempo parcial por Véronique.
Los vecinos siempre habían hablado muy bien de los guisos del local, pero nunca pensaron que su nombre llegaría algún día a aparecer en la Guía Michelin, siendo galardonado con una estrella. Este año ocurrió. Eso sí, por error.
La preciada guía gourmet quiso premiar el buen hacer de un restaurante con el mismo nombre, el Bouche à Oreille, situado en la localidad de Boutervilliers, a unos kilómetros de París.
El local, que también ofrece menú (por 48 euros), no sólo comparte nombre con el restaurante de Véronique, sino también el nombre de sus calles (aunque a 200 kilómetros de distancia). Uno se encuentra en la Route de la Chapelle y el otro en Impasse de la Chapelle.
El error estuvo dos días en la web de la Guía Michelin, tiempo más que suficiente para provocar el colapso en el modesto restaurante de Bourges. “De repente, nos vimos saturados, llegaron los reporteros y mi hijo me llamó desde París, donde vive. Casi se muere de la risa. Tenía clientes nuevos y amigos preguntando por qué no les había dicho que habíamos ganado una estrella Michelin”, explicaba Véronique a The Telegraph. La cocinera, Pénélope Salmon aseguraba al diario británico que nunca había soñado con ganar semejante galardón, pero eso sí: “Pongo mi corazón en mi cocina”.
Tras solventar el error, los responsables de la guía gastronómica procedieron a disculparse con la dueña del bistró por el malentendido.
“Por supuesto que no nos gusta cometer errores, pero errar es humano. Lo más importante para nosotros es que ningún restaurante se ha visto afectado negativamente”, comentó un portavoz de la guía a The New York Times.
Pese al sofocón por la demanda inusitada de clientes en Le Bouche à Oreille (boca a oreja, en castellano), el restaurante de Bourges ha visto cómo la casualidad ha hecho que el pequeño local aparezca en los periódicos de medio mundo. Tal vez, a partir de ahora, ya no sea necesaria emplear nunca más esta popular fórmula para conseguir que clientes de distintos lares acudan a la pequeña localidad francesa a probar su menú de 12,5 euros. Que tal vez no tenga tanto glamour como uno de un restaurante con estrella, pero a buen seguro que puede resultar realmente delicioso.
Vía El Español
Los vecinos siempre habían hablado muy bien de los guisos del local, pero nunca pensaron que su nombre llegaría algún día a aparecer en la Guía Michelin, siendo galardonado con una estrella. Este año ocurrió. Eso sí, por error.
La preciada guía gourmet quiso premiar el buen hacer de un restaurante con el mismo nombre, el Bouche à Oreille, situado en la localidad de Boutervilliers, a unos kilómetros de París.
El local, que también ofrece menú (por 48 euros), no sólo comparte nombre con el restaurante de Véronique, sino también el nombre de sus calles (aunque a 200 kilómetros de distancia). Uno se encuentra en la Route de la Chapelle y el otro en Impasse de la Chapelle.
El error estuvo dos días en la web de la Guía Michelin, tiempo más que suficiente para provocar el colapso en el modesto restaurante de Bourges. “De repente, nos vimos saturados, llegaron los reporteros y mi hijo me llamó desde París, donde vive. Casi se muere de la risa. Tenía clientes nuevos y amigos preguntando por qué no les había dicho que habíamos ganado una estrella Michelin”, explicaba Véronique a The Telegraph. La cocinera, Pénélope Salmon aseguraba al diario británico que nunca había soñado con ganar semejante galardón, pero eso sí: “Pongo mi corazón en mi cocina”.
Tras solventar el error, los responsables de la guía gastronómica procedieron a disculparse con la dueña del bistró por el malentendido.
“Por supuesto que no nos gusta cometer errores, pero errar es humano. Lo más importante para nosotros es que ningún restaurante se ha visto afectado negativamente”, comentó un portavoz de la guía a The New York Times.
Pese al sofocón por la demanda inusitada de clientes en Le Bouche à Oreille (boca a oreja, en castellano), el restaurante de Bourges ha visto cómo la casualidad ha hecho que el pequeño local aparezca en los periódicos de medio mundo. Tal vez, a partir de ahora, ya no sea necesaria emplear nunca más esta popular fórmula para conseguir que clientes de distintos lares acudan a la pequeña localidad francesa a probar su menú de 12,5 euros. Que tal vez no tenga tanto glamour como uno de un restaurante con estrella, pero a buen seguro que puede resultar realmente delicioso.
Vía El Español
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